Aventura en Argentina.

Había llegado al borde de aquella carretera en su viejo Jeep militar. Cuando se lo compró a aquel campesino por unos pesos no sabía la de satisfacciones que le iba a dar en la ruta sin planificar.  Sentado en él  recordaba como al verlo no se había podido resistir, dejando su viejo Chevi y lanzándose a la aventura.

El aire de la Patagonia Argentina golpeaba contra su curtido rostro poblado por una gran barba. Podía fundirse con su mítica dureza mientras metía las marchas escuchando el ronco sonido del viejo motor Hurricane. Y si, ahora estaba detenido debido a que un enorme tronco estaba en mitad de aquella carretera a ninguna parte.

Bajó del Jeep, y observó a lo lejos. Nada..eso es lo que había. Solo el viejo Jeep a su lado, con su pintura verde desgastada por el tiempo y el mal cuidado, y la figura de aquel hombre, que se embarcó en una ruta sin destino final.

Sacó su cantimplora y comenzó a beber. El calor empezaba a ser insoportable, y su camisa de lino color gris verdosa ya empezaba a cambiar de color por el sudor de su cuerpo acalorado. Empezó a pensar que no tenía otra opción que regresar y buscar otro camino, su vehículo, aunque rudo y todoterreno no podía saltar ni mover ese madero enorme..solo había un pequeño hueco en el borde, entre el precipicio y la selva, pero su Jeep no cabía por allí.

402381_235084136566830_378657355_n

Se acercó y asomandose comprobó lo que ya sabía..que debía regresar. Se apoyó en el tronco y se secó el sudor de su frente. Un sonido a lo lejos le alertó. No estaba solo en aquella carretera, y pensó que lo estaría aun menos, aquella barrera pararía a quien fuera que viniese.

Lentamente una silueta se acercaba mas y mas. Era una Harley Davidson traqueteando con fuerza, conducida por una mujer. La grácil silueta se hacía aun mas hermosa mezclada con el perfil de aquella Harley. Paró a su lado, y quitándose el casco dejó ver su rostro picaruelo y lleno de energía. Unos enormes ojos verdes oscuros y su cabello ensortijado se fundían con la profundidad del frondoso bosque de la orilla de aquella carretera. Su ropa estaba empapada por el calor y la humedad, dejando entrever su bonito cuerpo .

El no podía dejar de mirarla. Por un momento no sabía si el sonido que escuchaba de los escapes de aquella Harley Davidson era su corazón o quizás un mero espejismo debido al día tan largo y las sorpresas recibidas.

Ella miró el asiento trasero de su moto y el miró con resignación a su Jeep, allí aparcado, sin poder moverse. Estaba claro que o se lanzaba a una nueva aventura o debería regresar por donde había venido.

Cerró los ojos y sin enterarse como estaba a lomos de aquella Harley, conducida por aquella Diosa sin nombre. Pasaron por el pequeño hueco entre el árbol caído y el precipicio rumbo a la siguiente ciudad Argentina.

Publicado por elbauldeguardian

Adventure, Passion and live!!..

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: