La niebla era lo unico que se podía ver desde la ventana. Había circulado toda la noche en su viejo Kubelwagen 181 huyendo de algo que ni el mismo sabia que era.
Dentro de el podía escuchar una voz que decía ” no me despiertes ” un susurro constante que taladraba su cabeza una y otra vez.
Cuando llego a aquella cabaña en mitad de la nada serian como las 5 de la madrugada. Había entrado y encendido fuego en la chimenea para calentaras mientras veía el crepitar de las ascuas entre los maderos.
Cerro los ojos y allí estaba de nuevo, la voz.
Se levanto hacia la ventana y a duras penas diviso su coche aparcado en frente, cubierto por un manto blanco translucido y una fina capa de hielo. Lo observo detenidamente y pensó en cuantas historias habían vivido juntos.
Su antigua reliquia, anteriormente vehículo militar, ahora era el mas fiel compañero de viajes .
Aun podía recordar la primera vez que se monto en el, su sonido,su robusta y cuadriculada carrocería. Fue amor a primera vista…
Aunque cada vez se hacia mas la hora del amanecer, la niebla y el hielo aun eran presentes..lo mismo que el susurro constante . Golpeo su cabeza contra el frío cristal un par de veces como queriendo hacer vomitar la pesadez de la insistencia del ” no me despiertes “. Tiene gracia, pensó, si aun no me he dormido como voy a despertarme!.
Encontró una vieja cafetera y un sobre de cafe rancio. Decidió hacerse uno para mantenerse mas despierto, porque apenas cerraba los ojos, alguien dentro de el le recordaba que debía abrirlos.
El silbido del vapor le devolvió a la realidad. Se había quedado absorto por un instante pensando en que o quien le estaba provocando tal delirio.
El primer sorbo le fue tremendamente reconfortante, caliente, era como si se le descongelara el alma.
Cogió su taza y salió fuera. Se sentó en el lateral del Kubel que seguía rodeado por la nada. Volvió a cerrar los ojos y respiro profundamente. Estar al lado de su vehículo le daba paz , suena extraño siendo solo un auto viejo y anacrónico , que lejos que tener lo que los coches modernos tenían, este traía consigo historia y sensaciones, y eso es algo que no tiene precio.
Termino su cafe. Y miro hacia la cabaña. En ella veía la seguridad de un hogar en un momento frío y confuso. Luego miro el 181 con extrañeza..una caja de acero con ruedas, pensó, mientras levemente una sonrisa dibujo su rostro.
Creo que es hora..ahora entendí los avisos de las voces en mi cabeza..no me despiertes. Si, es hora de despertarse, y aunque no he dormido, debo despertar por dentro y encontrar mi rumbo.
Encendió la calefacción del kubel y arranco su motor. Al hacerlo, era como si también hubiera encendido el de su corazón.
Entre la niebla y sin ver encontró la luz, despertó por dentro y se marcho sin rumbo.