Aquellos ojos era lo único que podía recordar,unos ojos de azul intenso con reflejos del verde mas fuerte, luces en la oscuridad que parpadeaban como estrellas que lo miraban desde lo mas alto ,mientras el frío recorría su cuerpo en el manto de la noche.
Desnudo sobre la hierba forzaba su cansada vista hacia el cielo intentando ver de nuevo los ojos que visitaban sus sueños cada noche, cuando el Dios Morfeo le tomaba entre sus brazos instándolo a vivir sin prisa, sin pausa,entre nubes hechas de deseos y anhelos.
La sal humecto sus labios fruto de las lagrimas que caprichosas corrían por su mejillas para dibujar el contorno de los mismos, recordando lo amargo de la vida, diciendo en voz alta que los sueños , sueños son, y que por mucho que quisiera, serían solo eso, un mar de lágrimas ahogando esperanzas de futuro.
Pero el era fuerte, sin mas ropa que su propia piel y el cielo por tejado. En ese gran techo azul, ahora negro en la noche,estaban cada uno de sus deseos, uno tras otro, dibujados en cada estrella, amparados por aquellos ojos que desde lo alto le observaban con el amor de quien desea abrazar, sentir, vivir y fundir los sentimientos mas profundos en uno solo.
El viento comenzó a silbar su sinfonía, a grabar melodías entre las copas de los arboles. El cerraba los ojos y escuchaba una voz entre el irreconocible sonido de la naturaleza, esa orquesta caprichosa que siempre nos quiere decir algo, pero que nunca la escuchamos, mas el si lo hacía. Extendió los brazos y respiró profundamente el aroma que rodeaba su propio universo, en consonancia con el mundo. Empezó a sonreír mientras daba vueltas y vueltas sobre si hasta caer sobre las hojas secas de un viejo árbol.
Abrió los ojos y allí estaba, frente a el a no mas distancia que su propia nariz, los ojos mas expresivos y bonitos que siempre habian velado su sueño demostrando que a veces, si crees en ti y en lo que deseas, lo puedes conseguir convirtiendo tus mas preciados deseos en realidad, porque sabes? tu eres tu propia inspiración.
SERGIO CARRASCAL 