Aterida de frío bajo aquel puente en mitad del bosque estaba una pequeña Hada. Tiritaba cubriéndose con una gran hoja de árbol mientras la lluvia salpicaba sobre el arrollo dejando caer en cada gota el acorde perfecto que hiciera pensar que la lluvia no cesaría , que seguiría por lo menos un día más.
Con sus brillantes ojos verdes intentaba ver a través de la gran cortina de agua , buscaba salir de allí ya que por avatares del destino había nacido sin alas, un Hada diferente y no por ello menos Hada. Siempre la gusto conocer mundo, descubrir y vivir grandes aventuras, pero ahora estaba allí, sola, sin más compañía que un pequeño sapo que la miraba desconcertado, como diciendo, y tu, que haces que no estas con los tuyos?
Amaneció y aunque el sol intentaba apartar las nubes , la lluvia no dejaba de caer, aunque ahora el sonido era mas parecido al de un arpa .
Hada se estiró y se rascó con fuerza la espalda, siempre pensó que hacerlo la haría crecer unas enormes alas que la hicieran volar tan alto que dejará al mundo más pequeño.
El trotar de un caballo la hizo salir de allí. Con sus vivarachos ojos observo que era un caballero con una armadura negra, una gran capa del mismo color, y un casco que apenas dejaba vislumbrar su rostro.
Ella se escondió tras una roca y vio como se bajaba del caballo mientras lo acercaba a beber a riachuelo . El cayó sobre un pequeño montículo dejándose caer como si de un gran saco de tierra se tratase, a Hada le pareció que ese peso no podía ser solo de su armadura, era posible que sus penas estuvieran dentro de la misma. Empezó a pensar como seria tras aquella máscara de hierro, que grandes batallas contaría, que amores había vivido en su seguro azarosa vida, pensó cuan afortunada seria si la permitiera acompañarle.
Hada tenía el poder de convertirse en mujer, aparentar a los ojos de los mortales un ser bello y dulce, capaz de conquistar sus más ocultos deseos, a cambio, podría aprender y evolucionar de aquel gran señor de la guerra.
Un pequeño ruido hizo desenfundar la espada al caballero. Al girarse vio a una joven semidesnuda, muy hermosa, en mitad del arrollo bajo el puente.
Lentamente volvió a guardar su arma.
A través de su yelmo podía ver poco, pero suficiente para saber que era un ser hermoso capaz de sanar sus heridas, besar sus agrietados labios y sentir algo mas que las anillas de metal de su cota de mallas.
Sus grandes manos agarraron el casco de metal y lo retiraron de su cabeza. Tras el, un rostro duro, con una gran barba negra.
Hada miro sus ojos y le preguntó su nombre mientras sonreía de lado, como queriendo ocultar su condición de ser mágico .
Olvidé mi nombre…aunque todos me llaman » El Guardián».
Aquella frase la hizo pensar que no estaba delante de un caballero cualquiera, sino de alguien muy especial, digno de hacer que sus alas crecieran , verse como una gran Hada del bosque donde todos pudieran admirarla y decir… » fijaros! Jamás vimos un Hada tan poderosa».
Y vos, podrías decirme quien sois y que hacéis bajo este puente y con este frío?
Llamadme Hada…dijo con otra sonrisa picaruela.
Aquel caballero entro en las aguas y la agarro con fuerza sacándola de mitad de aquel fango que la cubría hasta las rodillas, mientras las ranas y sapos se alejaban bajo el agua asustados por el ímpetu de aquel gran hombre de metal negro.
Hada sonreía, su plan estaba saliendo a la perfección. Pronto se vería colmada de grandes detalles y seguro podría vivir en uno o varios castillos, pues este caballero seguro tenía varios.
Guardián se subió sobre su caballo y tras el a la bellísima Hada.
Cabalgaron largas distancias, y en cada galope, Hada se aferraba mas y mas a el.
Los grandes ojos verdes de Hada vieron lo que siempre imaginó,un enorme castillo en lo alto de una colina, rodeado por el bosque y protegido por cientos de soldados . Su sueño empezaba a cobrar forma, de estar abandonada a su suerte bajo un puente y sin alas, a ser posiblemente la Reina de aquella fortaleza .
Guardián se había enamorado y ella lo sabia. Hada lo confundía con halagos y caricias, besos y susurros , mientras cada mañana se miraba en el espejo y observaba su espalda desnuda, mirando cualquier indicio de unas alas en proceso de crecimiento, pero allí no había nada.
Guardián la amaba pero ella solo pensaba en sus alas, en volar.
Los años pasaron y con ellos Hada se fue convirtiendo en lo que realmente la hizo estar bajo el puente, en un ser egoísta y duro. Cada día, mientras aquel generoso caballero partía para la batalla, ella tramaba y construía unas alas de latón, tramaba la traición sin que el sospechase nada.
Ayudada por un mezquino consejero que sabia de su debilidad la aconsejo volar fabricándose unas alas ligeras , que unidas a un arnés de su invención podría volar arrojándose desde lo alto de la torre y alejarse hasta el bosque encantado, donde allí podría ser la Reina de su mundo particular.
Guardián pasó por el puente donde la encontró y se detuvo a meditar, aquel puente no pudo ser casualidad, se bajó del caballo y miró al cielo.
Lo que vio no pudo dar crédito , allí en lo alto, estaba Hada, riéndose a carcajada limpia señalándolo,mientras un extraño artilugio la hacia volar sobre el.
Esas alas….pensó Guardián, no son alas de verdad, son alas fabricadas para crecer sobre las nubes, pero retan a aquellas que salen desde el corazón.
Levantó sus manos como queriendo acariciar su tibia piel, avisarla de su posible cruento final,pero sólo logró notar el viento, el mismo que hacia tras un fuerte vendaval zozobrar sus alas de latón y hacerla caer tras la montaña, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas al ver como Hada desaparecía tras la niebla para nunca mas volver.
Guardian se quedo mirando al suelo, mientras aferraba con fuerza su espada y miraba el curso de aquel riachuelo, viendo que si esa agua era capaz de seguir pese a la corriente, el también .
Montó en su caballo y se alejó de allí en busca de la verdad, el honor y el verdadero amor sin alas de latón .