Buscaba el sentido de la vida, volaba entre sus pesadillas buscando el recóndito lugar donde esconderse de ellas sin saber que hacer ni como huir de su mismo yo.
La vida no había sido grata con él, tenía las rodillas ensangrentadas de tantas veces que le había tocado levantarse, al igual que sus puños, cuyos dedos se habían inscrustado en sus manos de tanto apretarlos conteniendo su ira en la jaula de la indecisión y el miedo.
Caminaba solo, por las calles vacías donde antes apenas podías transitar por el gentío , observaba los balcones de las casas y creía ver tras las cortinas aquellas caras deformes que aparecían en sus sueños, señalándolo, riéndose de él, mientras corría de un lado para otro buscando unos brazos donde caer y sentirse protegido.
Se acurrucó en una esquina. Empezó a llover y el agua salpicaba sobre los tejados mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por el embriagador sonido de la lluvia. Aquella música hizo que olvidara por un momento sus penas, hasta pudo esbozar una sonrisa, muy leve, pero suficiente para hacer de aquel día gris un pequeño arco iris de esperanza.
Frente a el había un centro Spa, donde pensó que quizás, y solo de manera fortuíta, podría encontrar la paz que necesitaba, relajar su cuerpo y su mente, volar a descubrir el sentido de la vida. Con dificultad se dirigió a él.
Lo que mas llamó su atención es el nombre, ya que se llamaba :
¨4 Lunas¨ http://www.balneario4lunas.com/ , un nombre que ya evocaba un lugar diferente al que el conocía, y dentro encontraría la paz que necesitaba, pues allí podría relajarse y entender que todo el posible si el mundo que imaginas es el que acompaña a tus anhelos.
El lugar cumplió con lo esperado, los masajes, las sensaciones, los aromas relajantes le hicieron volver a ser aquella persona que podía subir a lomo de sus deseos y cabalgar sobre el camino de sus sueños.