Noche tras la ventana.

Apenas se escuchaba nada, solo el viejo Gramófono que chirriaba una vieja canción mientras la lluvia golpeaba suavemente en el cristal de aquel gran ventanal de la habitación del Hotel de la esquina de la famosa calle 33. Era tarde, pero no lo suficiente para ella. Llevaba días sin dormir, o al menos, decentemente. AlgoSigue leyendo «Noche tras la ventana.»