El Sol se comió el día . Ya no había más horas de luz que las prestadas por el firme ocaso del gran Astro dando paso tímidamente a la poderosa Luna llena que en esos momentos hacía acto de presencia.Sentado en aquella piedra dura y fría, pensaba en cómo había acabado allí , solitario, sin más compañía que el viento acariciando su rostro y la oscuridad de la noche como preludio del silencio en el que estaba inmerso.
Lo había dado todo por alguien que no lo valoró lo suficiente , se entregó en cuerpo y alma y su espíritu acabó prisionero de sus deseos, su mente trastocada ante la incomprensión y su Fe inutilizada ante tanto rechazo y dolor.
Cuando la conoció su fin fue dar en todo su esplendor, como mandan los cánones de los enamorados, dar y amar, sentir y proteger, querer y soñar, navegar en un barco que los llevará por el apasionante mundo de la aventura de la vida, con sus cascadas y caminos tortuosos , sus árboles llenos de fruta de la esperanza, y los ríos llenos de lágrimas donde atravesarlos remando en la dirección del arco iris de la alegría.
Lo dio todo mientras ella se escondía de sus miedos, mientras estos temores la invadían hasta el límite de marchitarse cual flor bajo el sol abrasador , igual que una bella planta pisoteada por las pezuñas de un monstruo llamado cobardía y terror.
Pero el amor parecía indestructible cual armadura abollada tras mil batallas, luchaba y luchaba creyendo en ella, más tras aceptar, perdonar y creer una y otra vez, sus ojos se marchitaron , sus sueños se cayeron por el precipicio de la incredulidad , su voz se volvió fría al igual que su mente, murió en vida mientras veía como el amor de su vida se escondía tras las sabanas arañando sus miedos y temblando , dejando la oportunidad de ser feliz para siempre.
El viento hizo sentir que estaba llorando, notó como sus lágrimas se secaban sobre sus labios mientras con un leve esfuerzo por sonreír se dijo así mismo :
Sonríe , pues más no pudiste dar, mira a la Luna y quizás, solo quizás, vuelva a dejarte ver otros ojos en el cielo de alguien que valore tu capacidad e intensidad de amar …
Comenzó a llover y con la lluvia vino la tormenta en la noche, mientras el dejaba que el agua limpiara su tristeza para que al amanecer pudiera ver lo que la Luna le pudo prometer .