El Sol se ocultó tras la montaña dejando un rastro de fuego en las nubes, como si estuvieran ardiendo de pasión al ver enamoradas a su Astro Rey como se postraba en su lecho para dejar paso a la vigilante de las sombras. Apenas quedaba mucho tiempo de luz y ella sabía que la noche era inminente , que tendría que esperar a ver el amanecer para volver a sentir el calor del Sol en su rostro, ahora sola la quedaba ser parte de la Luna, creer que pasaría pronto , pero la verdad es que ya la daba igual, era una más, sin dormir como otras tantas, despertándose en mitad de la noche angustiada por sus miedos, atrapada por su pasado en una carcel de terrores creados a partir de momentos vividos que nunca deseó que pasaran .Pasaba largas horas en la ventana de su habitación , fumando un cigarro que daba paso a otro, envuelta en un humo que lejos de disipar temores creaban un ambiente de relato de misterio .
Porqué se preguntaba una y otra vez…porqué no había elegido el camino correcto cuando tuvo ocasión , porqué dejó escapar una y otra vez los trenes que la mandaba el destino cargados de amor verdadero , oportunidades y vida, porqué estaba cada noche llorando cuando podía estar abrazada al amor de su vida intercambiando sonrisas y caricias de placer, porqué quiso ser y no fue , porqué aún sintiendo sus alas en su espalda se negó a volar presa del pánico a las alturas y estrellarse de nuevo ante el duro suelo de los sinsabores de la vida…muchos porqués …y muchas noches igual a esta sin las respuestas. Su vida había sido lucha constante, algunas alegrías , dolor y muchas lágrimas , eligió muchos caminos llenos de maleza y espinas , y en su caminar fue desfalleciendo hasta encontrarse en esta situación .
Los nervios se apoderaron de ella.
Empezó a notar algo que la aprisionaba las muñecas y sus tobillos. Intentó moverse de la ventana de la que era fiel centinela y apenas avanzó unos centímetros . La respiración se hizo cada vez más y más fuerte. Empezó a pensar que aquello era producido por la ansiedad , por su inseguridad ante la vida, por el remolino de lágrimas que no dejaban de salir de sus almendrados ojos , la sensación de agobio y presión era total.
Miró y no vio nada, solo en su triste avanzar por la habitación podía escuchar el chirrido del metal, algo así como las cadenas de un fantasma , pero ella no creía en fantasmas, aunque quizás si existía uno en aquel lugar , alguien creado por su imaginación y alimentado por sus terribles miedos, cubierto por una sábana de un color opaco y sin vida.
Se sentó en la cama y con dificultad se acostó mirando el techo de su habitación. Quería dormir…quería despertar en otro lugar, uno donde todo fuera diferente , quería sentirse segura, amada y protegida, quería una máquina del tiempo que la hiciera avanzar y llegar donde sus anhelos la estaban esperando, quería ser feliz y mientras pensaba en sus sueños disipados por el monstruo de sus temores , se daba cuenta que ella era prisionera de sí misma, que estaba condenada en una jaula de gruesos barrotes fabricados del material más duro del mundo, la incapacidad de avanzar.
Pensó que hubiera pasado si…
Pensó que sería de ella si…
Pensó que podía haber decidido que…
Pero estaba atada a unas cadenas de aire, invisibles , pesadas cadenas que solo ella podía romper , mientras el mundo seguía avanzando a su alrededor.
Cerró los ojos y sintió el beso de alguien que estaba a su lado, pero al abrirlos se dio cuenta que estaba sola, sus cadenas de aire eran demasiado pesadas como para permitir compartirlas con nadie, prisionera para siempre del bucle del temor a ser feliz, sin saber que la llave de aquellas cadenas estaba frente a ella desde hacía mucho tiempo.
Cuentan que las noches de verano, a veces , pasa frente a su ventana un Estrella Fugaz, mientras ella gira la cabeza mirando sus imaginarias cadenas.