Luz en la sombra.

Llevaba horas frente a aquella puerta cerrada. Por mucho que mirara no veía ninguna cerradura, solo una enorme pared de piedra y en medio aquella puerta de madera con remaches de metal, cerrada a cal y canto. Con mis manos recorría su rugosa superficie, notando el frío tacto de los tornillos de hierro. Era obvio queSigue leyendo «Luz en la sombra.»